RUTA DE LOS MOLINOS Y FORTINES DE NAVALAGAMELLA

Tras una semana loca en la que por culpa de la entrada de un temporal de frío y nieve tuvimos que cambiar la ruta. Al final acertamos con el cambio y realizamos una preciosa y sorprendente ruta por el pueblo de Navalagamella.




Habíamos quedado a las nueve de la mañana en el aparcamiento de la iglesia. Dos compañeros llegaron antes y se aventuraron en la búsqueda de un bar donde desayunar. Eligieron el Mirador, no porque quisieran sino  obligados, era el único que estaba abierto. El conocido bar de Pablo. Un lugar acogedor con su dueño que es encantador, como siempre nos atendió maravillosamente. 
El grupo de siete se reunió en este local desde el cual partiría la ruta del día. la mañana, no parecía tan fría como muchos habían pronosticado o como se proveía en otros lugares de la península. Estábamos a unos 2º C ni comparado con los -5ºC de La cabrera , Guadalajara.
Avanzamos en dirección Colmenar del Arroyo. Lo primero que vimos fue la Ermita del Santo acogedora y pequeñita es uno de los lugares de interés del pueblo. Cruzamos la carretera y tomamos un amplio camino de arena y piedras . El paisaje no era nada elocuente para la la vista. Unas cuantas encinas y poco más. La tradición es la tradición y nos sacamos la foto de inicio de ruta.
  
  
Caminamos unos metros y el guía mando parar al grupo para que contempláramos la belleza de nuestra sierra nevada. Las vistas eran impresionantes se veía todo. Nos indico que nos giráramos y a lo lejos contemplamos, Madrid y sus tres impresionantes torres.

Continuamos nuestro camino por aquella senda con encinas a los lados y algún que otro muro de piedra. Cuando llegamos al denominado camino del Canal. Algunos lo llamamos así porque es por donde el Canal de Isabel II conduce el agua de Picadas y tiene un amplio camino para que sus vehículos circulen para el mantenimiento de las instalaciones. Llegamos a la cantera, lugar que no se puede pasar porque estan trabajando. Nosotros seguimos rectos para llegar a las famosas minas Montañesas donde tiempo atrás se extrajo Plomo. Sin duda estaban cerradas para que ninguna persona sufra daño alguno y para que se conserven.
  



  

  

  

Retrocedimos pero a nuestra derecha nos encontramos con el poblado militar. Un lugar muy importante en tiempos de la Guerra Civil. Desde aquel lugar un pequeño regimiento, vivía, controlaba todo el valle. No pudimos resistirnos en visitar el punto desde el cual controlaban el frente.
  


  
Como no, una ruta sin campo a través no podía faltar. Descendimos entre encinas hasta la carretera. No parecía que estuviéramos tan alto, pero sí. Llegamos a la carretera, la que cruzamos con sumo cuidado las motos pasaban de forma espectacular.

  

  


  
El nuevo sendero nos mostraría un mundo diferente. El rió perales nos empezó a mostrar el típico paisaje de rió. El grupo empezó a sorprenderse no se podían creer que siguiéramos en Navalagamella, pero sí era así.
  


  



  
Llegamos a un precioso puente de piedra, el Pasadero, de origen medieval. Nos fotografiamos de una y mil maneras en el. Aquel lugar fue el elegido para realizar una parada para comer. 
  


  


  

  

  
Iniciamos la marcha, el camino nuevo camino que tomamos nos llevo directos a la presa del embalse de Cerro Alarcon. Todos disfrutamos de las agradables vistas del lugar y alguno que otro decidió emular a algún actor de la mítica película Titanic. 
  

  
Abandonamos el lugar y nos pusimos en marcha por una senda que nos llevo por toda la orilla del embalse. Pudimos contemplar las rampas de saltos del esquí acuático....



  
Llegamos a la carretera del Canal de Isabel II y la cruzamos nuestro destino era una pequeña senda que para los miembros del grupo solo estaba en la cabeza del guía y su GPS. El paseo por aquel lugar era muy bonito, ahora caminábamos junto al río Perales  disfrutando de sus pozas, sus erosionadas piedras y una preciosa vegetación.
  

  

  

  

  

  
El camino junto al río se hizo más salvaje, tuvimos que saltar piedras ascender, descender con el culo por piedras tobogán. Parecía que era un camino lleno de obstáculos que debíamos sortear. Fue toda una aventura, de la que uno recuerda durante semanas.
  
Llegamos a la carretera que va de Navalagamella a Valdemorillo y la cruzamos. El autentico y muy bien señalado camino de los Molinos nos esperaba. La verdad solo hicimos una pequeña parte de este, el día se acababa y todos teníamos ganas de llegar.
  



  

  

  

  

  

  

  

  
Visitamos un par de molinos más, estos estaban un poco mejor conservados, nos sentamos a descansar en una mesa. Lugar ideal para sacarnos un par de fotos. Continuamos nuestra marcha hasta el pueblo dejando atrás La inmensa tubería del tras base del Canal de Isabel II. El pueblo se veía a lo lejos...


 Aparecimos en la otra punta del pueblo, uf llegar al bar que quedaba al otro lado nos llevo la friolera de tres minutos, ja, ja, ja. Esta todo tan, tan cerca.
 
Tocar esta piedra es tocar parte de la historia de Navalagamella, el vedado de caza" concedido en el año 1793 a los vecinos del pueblo
El bar el Mirador nos acogió muy bien, como es costumbre en el. reímos, charlamos y pudimos decir aquello de:
¡¡ RUTA SUPERADA !!