CENICIENTOS UNA RUTA CON SU HISTORIA

Eran las 9 de la mañana cuando poco a poco fuimos llegando los chic@s al pueblo de Cenicientos. Aparcamos junto a la Iglesia un lugar donde había mucho espacio para dejar tirados los coches y buscar un bar para desayunar.


La parada fue el bar que elegimos aunque aunque algunos que habían llegado antes y no enviaron la ubicación estaban en el bar que había justo al lado. El dueño del local nos atendió maravillosa mente. "Estábamos en nuestra casa".
El reencuentro fue muy especial, hacia mucho que no nos veíamos y teníamos mucho que contarnos unos a otros. Navidades, los reyes....

Después del desayuno cogimos los coches y nos fuimos en busca del punto donde teníamos que partir. Tras unos minutos de confusión llegamos al lugar aproximado de la N-542 donde teníamos que iniciar la ruta. Aparcamos y entregue las tarjetas federativas.
 La foto de inicio de ruta no se hizo esperar. Como siempre un precioso selfie y nos pusimos en marcha. Aquella ruta sería un pequeño paseo por los alrededores de Cenicientos en busca de aquella mística piedra.
 Iniciamos la marcha por aquella "carretera" hasta que llegamos a la senda que nos llevaría hasta Cenicientos.
  


  
 Aquellos primeros kilómetros entre viñedos y estrechas sendas sería lo más duro de la ruta. Caminamos tres kilómetros por aquellos parajes de viñedos, olivos encimas... En algunos lugares las sendas eran estrechas en otras anchas. El camino se hizo muy ameno, todos charlábamos alegres de temas muy variados.

  

  
Nuestra llegada a Cenicientos fue la mar de divertida, más de uno gastamos la broma de que aquel lugar les sonaba. Bueno quiero aclarar que en aquellos minutos de confusión hasta que encontramos el punto de salida llegamos hasta el helipuerto .
Recorrimos Cenicientos hasta que volvimos a coger una senda que nos llevaría hasta el lugar que queríamos visitar, la Piedra escrita.

  
Iniciamos el camino por una preciosa senda que por momentos reducía su anchura. Los olivos y las encinas nos protegían en el camino. Nos topamos con un arroyo, el cual cruzamos por un puente rudimentario. El paseo era todo un éxito y la piedra escrita estaba cada vez más cerca

 

  
 El camino principal hacia la Piedra Escrita, estaba cerrado. Tuvimos que buscar otra ruta alternativa, tiramos de mapa y... Cruzamos entre viñedos, saltamos el arroyo y al final llegamos casi sin querer a la finca donde estaba la famosa piedra. 
   

    
 Las dos caras de una historia en común. Los prerromanos dejaron su señal, la huella del oso. Una señal que indica el inicio de un bosque un lugar donde la caza abunda. Los romanos por su parte amigos de otros dioses realizaron una inscripción a su diosa Diana... 
  

  

No dudamos en hacernos alguna que otra foto en aquel lugar con tanta magia y encanto. Cualquier día de estos lo cierran del todo a los senderistas y tendremos que pagar por verlo. 
  

Comimos y luego regresamos al camino inicial por donde habíamos venido. Nuevamente cruzamos por los viñedos, el arroyo, hasta llegar a la senda que nos llevaría hasta el siguiente punto de interés.



  

El camino durante algunos minutos desapareció y tuvimos que imaginarnos una senda. Esquivamos un zarzal, saltamos algún muro hasta que encontramos nuevamente el camino.


 Las diferentes señales y la presencia humana nos indicaban que seguro que estábamos por el buen camino.


  

  

  
La vegetación, se aparto y las sendas se convirtieron en pistas donde caminar fue mucho mejor. La ruta estaba siendo un paseo muy divertido en el que disfrutamos de la compañía y nos pusimos al día de muchas cosas.

  
Llegamos al final de la ruta. Una vez más podíamos decir que había sido una preciosa ruta, donde todos nos divertimos mucho. Ahora podíamos decir aquello de: 
¡¡¡RUTA SUPERADA !!!