PICO DEL LOBO

A una hora y media de la capital aquel pequeño pueblo Riaza (Segovia), fue el lugar elegido como punto de encuentro para la preciosa ruta del Pico del Lobo. Tomamos fuerzas para la ruta en uno de los centenares de bares que había en la plaza. Todos estábamos ansiosos por comenzar la ruta, desayunamos y nos pusimos en marcha.
El paisaje otoñal que contemplamos en los coches mientras ascendíamos con los coches hacia el Puerto de la Quesera nos tenía embobados, que belleza. Era un espectáculo de colores otoñales. Cuando llegamos a la cima la cosa parecía no pintar muy bien. Muchos coches, mucha gente (Normal el lugar es digno de ver y todos queremos visitarlo...) La niebla estaba estacionada también en el lugar y sin ninguna intención de irse, pero: ¡¡La aventura es la aventura!! (Frase de Carlos que es muy motivadora). 
Niebla, lluvia, frío, ni lo dudamos el Pico del Lobo nos estaba llamando. Teníamos que intentar subir a la cima como fuera. La esperanza de que el tiempo mejorara nunca se pierde. 
Nos pusimos en marcha pero como siempre la foto de inicio de ruta no se hizo esperar. Que cara de felicidad teníamos todos. El Pico del Lobo nos esperaba. Nos pusimos en marcha. Carlos, el guia no nos engaño la ruta empezaba con una "pequeña subida".

La niebla húmeda nos obligo a tirar de chubasqueros, ponchos, paraguas... Todo lo que fuera protegernos de la lluvia era poco. La cuesta se empinaba el frío paso a un segundo plano. El desanimo no apareció en el grupo, teníamos que seguir, aquel día lluvioso pararía y veríamos el sol.


Las fotos simpáticas comenzaron.  ¡Selfie con el paisaje de fondo!, ¡Esa bandera de España!. Ni la lluvia, ni la niebla nos amargarían la ruta.


La cosa no pintaba muy bien. El tiempo no parecía que fuera a cambiar inmediatamente. La ruta hacia el Pico del Lobo se tenia que suspender, subir hasta aquella cima para no ver nada. Como decimos muchos: De hay no se moverá, un lugar al que tenemos que regresar. Tras un debate democrático, (ja, ja) se decidió regresar al Puerto de la Quesera pero por otro camino.
Un, dos,tres... Paso firme y en formación.

El regreso fue muy divertido. Nunca caemos en el desanimo, siempre hay un plan B ó C nunca me acuerdo. ¡Venga, venga foto de grupo!. 

La lluvia ceso un instante y el sol parecía que, bueno que fue que no pero fue un gran momento para una foto de esas que nos encanta (¡Selfie!).



 



Todos nos llevamos un grato recuerdo de la ruta. La belleza de la naturaleza es tal que en todo momento su grandeza se puede apreciar mires donde mires. No pudimos subir a Pico del Lobo , pero el agua que callo hizo brillar al campo y le dio un poco de vida que falta le hacia. Nosotros podemos regresar en otro momento. ¡Por cierto, quien ha dicho que nuestra ruta acabo aquí! .


Sí, celebramos la ruta comiendo todos juntos en Riaza. Brindamos por el maravilloso día que todos juntos estábamos pasando, brindamos por la necesitada lluvia, brindamos por todo. En conclusión que una vez más el restaurante fue para nosotros solos. 

El sol empezó a recogerse para dar paso a la luna Llego el momento de la despedida. Abrazos, besos... ¿Como? Que no, que no...



¿Vemos el pueblo?. Un solo sí basto.Pero, un giro repentino de los acontecimientos y nos vimos subidos en los coches camino a unos miradores cercanos. Ruta nocturna, ja ja. 

Llego el momento de irse a casa y ya podíamos gritar:

Escrito por: Miguel@76