SAN FRUTOS EL PUNTO Y FINAL.

La ruta de las Hoces del río Duraton continuo un poco más. Cogimos la SG-V-2418 y nos dirigimos hasta lo que sería nuestro nuevo destino rutero. No podíamos irnos de las Hoces del Duraton sin visitar aquel lugar.
A la ermita de San Frutos se accede por un puente de piedra de 1757 que nos permite salvar una gran grieta en la roca denominada cuchillada de San Frutos. Cuenta la leyenda que uno de los milagros del santo consistió en separar la roca con su báculo, protegiendo así a un grupo de cristianos de Sepúlveda que corrieron a la ermita para huir de los moros. San Frutos trazó una línea sobre el suelo en la parte más estrecha de la roca y ésta se abrió, despeñándose algunos musulmanes y aterrorizando a los demás.

Cogimos el polvoriento  y bacheado camino hasta llegar al aparcamiento de San Frutos. Pero mereció la pena.
Resultado de imagen de camino hasta San Frutos en coche
Relajada mente descendimos por una amplia senda donde podíamos contemplar las preciosas vistas  de preciosos barrancos, el río Duraton, buitres y San Frutos a lo lejos.







Lo primero que hicimos, fue visitar los miradores. Las vistas eran espectaculares nuestras cámaras fotográficas se pusieron en marcha.
















Continuamos nuestro camino hacia la ermita, los barrancos nos maravillaron a todos. Los buitres volaban tan bajo que casi los podíamos tocar. El sitio era una pasada.





Chicas a lo Pataki , chicos a lo Martini...



 
Llegamos a la ermita y disfrutamos de todo e lugar. Recorrimos todos sus rincones.






























Una compañera y un compañero de Abantos nos dijeron que irían a darse un paseo en canoa por el río Duraton, pero por más que saludamos.

Tocaba irnos había sido otra preciosa ruta.

Ya podíamos gritar aquello de...