LA LASTRA

El cielo nuevamente parecía darnos una gran tregua. El día había amanecido despejado y aunque hacia frío, este era soportable con poco que te abrigaras.
Llegue a Santa María de la Alameda diez minutos antes de la hora de quedada, lo justo para explorar el pueblo he informar al resto del grupo de lo chulo que me parecía el pueblo y de que ya le había echado el ojo a un bar.







Los compañeros de ruta llegaron y disfrutamos de un café en compañía. Charlamos de nuestras vacaciones y de mil cosas más. El momento de partida no podía esperar más así que nos pusimos en marcha. Como siempre realizamos la foto de inicio de ruta.
Callejeamos por el pueblo, casa aquí, polideportivo haya hasta que llegamos a un sendero... El camino era fácil y muy bien definido. El sol nos iluminaba y nos ayudaba a soportar el frió de la mañana.


 Llegamos a una gran valla y dude unos segundos, los justos para ver el mapa y decir que la senda era por... Un olor muy desagradable empezó a impregnar nuestros olfatos. Momento en el que nuestra compañera Marisa comenzó ha hablarnos sobre como ella en sus clases explica los tipos de pedos que hay. Carcajadas, bromas ect... Pero tenia su lógica científica, que aunque nos lo tomamos a risa...El olor seguía en aumento. ¿Una granja de gallinas?, ¿Una fabrica mala de colonias? ¿Olía a muerte?¿Que había en aquella finca que soltaba una peste que...'
¡¡Estoy muerta, de frió, de sed!!
Nota mental, para próximas rutas, llevar una ¡¡M A S C A R I L L A!!. Bueno en cuanto llegue a casa me informe. Osti-tu! ¡¡Era eso!!.
Esta foto no aclara mucho ¿eh? la siguiente lo dice todo
´Sí era una granja de visontes, de hay el olor al animal vivo y muerto.
Continuamos el camino, a paso ligero había que dejar atrás cuanto antes la peste aquella. La Lastra nos esperaba. El sol nos seguía acompañando y ni una nube a la vista,





Llegamos a La Lastra, el pueblo fantasma. Lo único que queda en pie es  la estructura del campanario.




 Estuvimos un rato y oímos ruidos muy raros, un zumbido, una voz lejana eh! eh!. Venga el zumbido era un avión, la voz, je,je había un hombre dando de comer a sus vacas...



  Aquel lugareño se aproximo a nosotros con su coche y nos contó un poco de historia del lugar. Sus padres eran del pueblo, su madre. Confirmo lo de las brujas... Abajo imagen realizando la danza de Abantos dentro del circulo de piedras que el lugareño...


Nos despedimos del pueblo y continuamos nuestro camino hacia nuevos destinos nuevos paisajes, nuevas vistas.







 
No pudimos resistir el contemplar a los únicos seres que habitaban el lugar.









Seguimos nuestro camino, en busca de nuevas aventuras, nuevos... Pero teníamos que comer, así que hicimos un alto en el camino en lo alto de unas peñas. Las vistas eran preciosas, y jugamos al típico juego de, ¿Cómo cojera la curva el siguiente coche?. Ja,ja, ja...





Acabamos de comer y nos pusimos en marcha. La ruta establecida por Wikilock era por la carretera. No estaba dispuesto a poner la vida de nadie en juego y por supuesto la mía. Todos por el sendero marcado y de vuelta por el mismo sitio.
La senda cambiaba de aspecto nuevamente. Durante horas en esta no se había visto ni una gota de agua y parecía que no habría en ninguna parte, pero ahora caminábamos sobre un camino cubierto de agua. Tamara pregunto si el camino seria a sí durante mucho tiempo. ¡Noooo!

 Descubrimos vacas nuevamente y un río. Bueno ahora tocaba ver




Esta vez nuestras amigas las vacas estuvieron más cerca de nosotros y dominaban la orilla del río de la Aceña. ¡Para ellas para siempre!




Llegamos a la carretera y no pudimos resistirnos a contemplar el paisaje que el rio de la Aceña nos mostraba.








¡Que si, chic@ que os prometo que hay una cascada aquí cerca! ¿Seca? ¡Que no!. Bueno. Vosotros seguirme. El paisaje cambio rápidamente, en un abrir y cerrar los ojos nos encontrábamos en las profundidades de un bosque de pinos. Las caras de asombro se reflejaban en los troncos de aquellos inmensos arboles.





El agua aumentaba su velocidad a medida que subíamos.

¿Qué es eso?
¡¡¡ SORPRESA!!
 
 Ahora tocaba disfrutar de aquella maravilla de la naturaleza. Fotos desde abajo, arriba, por un lado, por el otro...
























 
 Descubrimos un rincón mágico, diseñado para realizar fotos chulísimas.


 Tocaba volver, la ruta había sido sorpresa tras sorpresa. El camino a los coches sería el mismo hasta la carretera y una vez llegáramos a la carretera tomaríamos el definitivo, el que nos llevaría Santa María de la Alameda.

Llegamos al pueblo, ahora tocaba celebrarlo. La ruta había sido toda una chulada, necesitábamos un descanso merecido y una celebración como es debido.
Ya podíamos decir lo que ya durante muchísimo tiempo llevamos gritando al final de las rutas.
¡¡¡¡ RUTA SUPERADA !!!!