CAÑONES DEL RÍO LOZOYA

Manjirón, un pequeño pueblo de la comunidad de Madrid, fue nuestro punto de inicio. El lugar lo conocíamos y todos dejamos los coches donde la otra vez.
Como siempre antes de arrancar unas fotos del grupo de valientes que se habían animado a realizar esta nueva ruta.

Iniciamos nuestro camino  hacia al Sur por la carretera M-126, a unos 800 metros abandonamos la Ctra. a la derecha por la Senda Genaro o GR 300, que va en dirección al Hospitalillo. Caminamos durante unos minutos por la senda. Todos íbamos charloteando de diversos asuntos. Cuando nos dimos cuenta ya estábamos en una amplia explanada. El agradable paseo por la vía pecuaria, llamada de las Eras, se nos había hecho muy corta. La zona llamada del Hospitalillo, era la explanada, con un par de edificios junto a la carretera M-127, la que cruzaremos, para tras pasar una barrera, continuar por la Senda Genaro dirección el Berrueco. Ahora teníamos que ir con tacto porque el desvío hacia la izquierda podía estar en cualquier parte.




Nos toco caminar por una pista asfaltada, algo deteriorada del Canal de Isabel II. El desvío, que nos llevaría hacia el cañón, estaba a la izquierda y era tan minúsculo que tuvimos que ir muy atentos. Paramos durante unos segundos a comprobar que no nos habíamos pasado el desvío.
Descendimos por un pequeño sendero hasta que llegamos a el cañón.






Pero la senda que era un amplio camino, nos llevo directos al agua. En realidad íbamos perfectamente, pero la nieve y la lluvia habían ampliado el cauce del rió y el camino estaba sumergido. Nos toco ascender para buscar un ascenso a la senda que veíamos que arrancaba bajo el agua a 200m de la senda nuestro camino. Todos ascendimos, pero unas fotos del lugar tenían que caer.





















Llegamos nuevamente al camino que minutos antes habíamos abandonado y Escondido entre la maleza encontramos una pequeña senda y nuevamente descendimos. Javier y Pilar decidieron buscar otra senda más adelantada. Al final nuevamente todos llegamos al mismo lugar.













 Seguimos la senda pero nuevamente esta se perdía bajo las aguas y por segunda vez retrocedimos.






Caminamos paralelos al rió, entre la vegetación, subiendo peñas... Al final encontramos un claro que según calcule estaba el puente romano que debíamos cruzar. Descendimos y guala!! Hay estaba el puentecito.







llegamos a una especie de mirador, allí paramos retomamos fuerzas. 
retomamos energías y buscamos la forma de descender hasta el rio. Encontramos una escalera y descendimos hasta el rio. yo me quede atrás contemplando el lugar y investigando el camino a tomar en el futuro.

 Mírales hay refrescándose!!

Grabe algún video del lugar!!
Nos refrescamos y comimos alegremente en aquel precioso lugar.










Ninguno quería regresar. Se estaba de lujo en aquel lugar, per teníamos que regresar. Cruzamos el puente, disfrutando de las vistas. Subimos por el sendero hasta que llegamos a la presa.







Ya en la presa, las vistas eran impresionantes. Paramos para disfrutar del entorno, recuperarnos y tomar alguna que otra foto.


je, je si frió!! Pero un frió raro, raro!!

 

Continuamos la marcha. ya no nos quedaba nada. Había sido una pena que el agua estuviera tan alta, porque la ruta por todo el cañón era una pasada.


El calor apretaba y el agua escaseaba. Las vistas del rió seguían siendo impresionantes, pero sabíamos que en cualquier instante teníamos que llegar a la carretera que nos llevaría a Manjirón.

Agotados, llegamos a nuestro punto de encuentro. Cambio de calzado y todos a celebrarlo a nuestro local preferido en Manjirón. Agua, cañas y cocacolas con mucho hielo...La ruta había sido espectacular.

 
Ahora ya podíamos gritar aquello de...
 
¡¡¡ RUTA SUPERADA !!!